Ella sabía que algún día todo aquello que tenían se acabaría, pero no pensaba que sería tan pronto.
Para ella él había sido el amor perfecto. Habían tenido un amor pleno, lleno de ilusiones y sueños. Aunque a la vez había sido un amor lleno de dificultades.
Él, un gran empresario venteañero, y ella una simple estudiante quinceañera. Este es sin duda el mayor obstáculo que tenían que afrontar día a día. Tal vez, si hubieran podido marcharse a un lugar donde la edad, las opiniones o los demás no importasen, todo habría ido mejor.
He de decir que quizás no pueda llegar a describir de manera exacta como era lo que sentían el uno por el otro... Creo que ni yo ni nadie lo podría hacer, pero podría intentar acercaros un poco a lo que fue todo aquello para ellos...
Para ella era su primer amor, y para él puede que no fuera el primero, pero sí que era la relación que había vivido con más intensidad y ilusión hasta ese momento. Puede que penséis que lo que tenían era un amor infantil, o un amor sin sentido alguno,pero no... ella a pesar de tener 15 años era la mujer más adulta y madura que podríais conocer. Y por eso a él no le importaba el simple dato de que pudiera tener 15 años, ya que ella había conseguido que él la amara tanto, que estaba convencido a seguir adelante con esa relación. Relación que se parecía más a una sacada de una película, que a una real... Ellos, se amaban a escondidas.. En la oscuridad de la noche se veían, y soñaban con poder gritar que querían estar juntos, y no unos meses, sino para siempre. Paseaban de la mano, y cada tres palabras se besaban. Reían, lloraban... Cantaban, saltaban, y sí, cuando estaban juntos también volaban. Con el tiempo, fueron viendo que si se separaban les sería muy difícil vivir el uno sin el otro.
Y aunque todo aparentemente era perfecto, no era así... Aunque eran realmente felices con el tipo de relación que llevaban llegó un punto en que no fue suficiente. Ambos querían dar un paso más, avanzar... Pero terceras personas, la opinión de la sociedad, y el "que dirán" no se lo permitían... No podían seguir manteniendo lo suyo sin que ya nadie se enterara ni malmetiera.
Tras tres años de relación, todo acabó..
Fueron muchas las conversaciones y discusiones antes de decidir que era mejor dejarlo, pero así fue...
Estaban demasiado cansados... Y no estaban preparados para seguir luchando contra un mundo que no entiende de amor, y solo se guía por las apariencias.
Él conoció a otra chica, una que se acercaba mucho más a su edad. Y ella se quedo pensando que qué era de todas aquellas promesas que se habían echo.. Y que porqué todo tenía que ser tan injusto.
Cuando se enteró de lo de la chica esa, fue un gran palo para ella, pero acabó comprendiendo que lo de ellos se había acabado y que quizás fuera lo mejor.
Ellos se siguieron viendo durante mucho tiempo, lo cuál hizo que la separación fuera menos difícil para ambos. Ellos se seguían queriendo, seguían hablando mucho y siempre que necesitaban alguien en quien refugiarse ahí estaba ella o él... Para cogerla/o entre sus brazos y decirle que no pasaba nada, que todo iría bien. Ellos seguían alimentando día a día su amor, y no dejaban que a pesar que ya no se veían tanto, lo que sentían muriera... Y eso sí, siempre respectando a sus respectivas parejas.
Pero ella siempre pensaba que lo que tenían en esos instantes se acabaría, que no podría durar siempre.
La verdad es que a pesar de que se seguían queriendo mucho, ambos tenían que seguir adelante con sus vidas, y eso es lo que hizo él...
Él había decidido marcharse del pueblo, se iba a vivir con su novia a la ciudad... Y entonces ella supo que todo se había acabado.
Y aunque él le dijo que nada cambiaría, que se seguirían viendo como hasta ahora, que no la dejaría de querer y que jamás la olvidaría...
Ella no pudo creerlo... Sabía que cada día que pasara el amor que sentían se iría consumiendo, y cada día habría un gramo menos de ese amor, que el día anterior. Que las palabras del se las llevaría el viento.
Ella le conto todo esto a él, pero.. Él insistió... Y le dijo una y otra vez que la quería.
Se abrazaron... lloraron... y rieron sin alguna razón, como solían hacer siempre.
Llego la hora de volver a casa, pero ella no quería irse... Tal vez creyera que a partir de ese día el amor de ellos empezaría a consumirse.
Ella notaba que si fuera por él se fugaría en ese mismo instante con ella. Si es que se seguían amando... No entendía porque todo tenía que ser así.
Pero por mucho que les duela, debían de recordar esto :
Él, un gran empresario venteañero, y ella una simple estudiante quinceañera.